
Como estará de mal la wueá que, ¡ los comunistas chilenos – los con carnet del club – andan haciendo campaña – puerta a puerta y casa por casa - para que sus partidarios voten por Frei ! Escuché decir que ellos creen en la democracia – o sea, dejaron de ser marxistas, por tanto ahora serán… - y quedé como condorito: ¡exijo una explicación! Tanta muerte – y desaparecidos - por las puras… berenjenas. Se han convertido en vasallos del capitalismo. El capitalismo los convirtió en… propietarios – una casita o un autito, pagado a placitos y en cómodas cuotas mensuales – y claro, todo buen propietario debe velar por… sus intereses. Ni más ni menos. Y es un poco pa’ la risa – acá nos reímos hasta en los velorios – que la discusión actual esté centrada en quien va a ser el presidente de turno, como si eso realmente importara. Lo importante, entre otras cosas muy importantes y que conocemos de sobra, es cambiar el estado actual. Mínimo, una asamblea constituyente. Por esa razón hay que hacer puerta a puerta, en todas las casas. Y no por un candidato que cuando gobernó – sí ya lo hizo, ahora viene por el postre – privatizó hasta el aire.
Ay jueputa, parse! No tengo lugar, no tengo paisaje y aun menos tengo patria.
Pero igual no me tumbo. Aunque allá los yankis se quieran apoderar del territorio y gobierne la rata que mata, existe una posibilidad real de luchar, hay una lucha en curso, para que eso cambie. Para que no ocurra lo de mi tierra natal, en donde los perseguidos, torturados, asesinados y desparecidos por la dictadura militar, son usados para conseguir votos para un candidato que apoyó el golpe de estado. Para que podamos caminar por nuestro hermoso territorio, sin fronteras y sin pasaportes e instalarnos donde queramos, porque nosotros nacimos aquí y somos herederos de los habitantes originales de este continente.
Fui invitado por la presidenta del país a la inauguración del museo de la memoria y los derechos humanos. Doné parte de mi archivo a ese organismo y pedí ser invitado. Me dejé llevar por las sirenas y su canto, debo admitir. Y asistí para ver con mis ojos el espectáculo. La flor y nata de la izquierda neoliberal gobernante – algo así como el diablo vendiendo cruces – junto a los demócratas cristianos. Una mujer joven se sube a una torre de iluminación e increpa a la presidenta por los asesinatos – ejecutados por la policía y por la espalda - de mapuches en el Sur del país… ésta interrumpe su discurso, se aprieta los labios y su cara se contrae en un rictus que las cámaras registran. Dos enormes pantallas muestran a todos los asistentes como la presidenta del país, se “banca la bronca”. Los policías bajan a los tirones a la mujer y se la llevan presa… ¡ en el museo de la memoria y los derechos humanos! ¿Está la cagada, o no?
De entre los viejos amigos, tuve la sorpresa (!) de encontrarme con las cenizas del querido Marcelo Dauros. El Cazador de Crepúsculos. Me enteré que le había pedido a su hijo mayor que pusiera, en una cumbre de la Cordillera de los Andes, cercana a Santiago – santiasco para los conocidos - sus restos tangibles. Me sumé a la tarea. De madrugada salimos para llegar al cerro san Ramón. La subida nos tomaría cerca de 8 horas. En un punto fijado de antemano, se nos sumo otro amigo de mi amigo – la compartimentación, compañeros… en este caso, social – y él venía en el jeep de un amigo propio, quien nos ayudó a franquear el pie de monte. Para resumir, el objetivo no fue alcanzado. Aunque caminamos bajo un sol achicharrante por espacio de 7 horas. Pa’ otra vez será. La caminata me sirvió para constatar – y fotografiar – el severo avance de la desertificación en esta zona del territorio. Aguilucho y loica – aves nativas - más el almuerzo de un insecto del lugar, se asoman para matizar esta entrega. No hay pa’ que ponerse tremendista – Oh, iluso yo – porque si sumamos entrega y fuerza a la causa de la vida, podemos cambiar toda esta mierda.
Ya pé, nos veremos.



