miércoles, 2 de diciembre de 2009

Las tardecitas de Bogotá...










tienen un que se yo. Este ocaso es de una de esas tardecitas. Aquí amanece despejado, luego se estaciona una nube y cae un "palo de agua". Algo asi como llover a chuzos, pero por una hora. Después asoma el care'gallo y mejor ponerse a la sombrita. En esta zona del planeta el día dura doce horas. Nada de horarios de invierno o verano. Cada día "le" lleva las cuatro estaciones. Este crepúsculo está captado desde la sala - el living - de la casa que habito. En las faldas de los cerros orientales de Bogotá. Bacatá según Chibchas y Muiscas, los habitantes originales de este hermoso territorio. Cuando leí La Vorágine, de Eustasio Rivera, pensé que el autor exageraba. Al igual que GGM, se quedó corto.
Las imágenes que acompañan a este atardecer, son parte de una serie que estoy construyendo y que hasta ahora me han permitido "ganarme los porotos"... a veces con riendas. Ojalá que les gusten. Ya pé... nos lukeamos.