
Este fué el último atardecer que vimos juntos. Esa es la razón y el homenaje. Querido Marcelo, pensé escribirte una carta.
Los mails que recibía -de los amigos en común, de tu hijo Marcelo- me decían que tu salúd se había deteriorado. Al punto que hace algunos días, un ad-hoc -Ricardo Andrade- ma contó que tu viaje finalizaba. Intenté recordar el momento en que nos conocimos. La imagen más nítida es cuando nos sumabamos al proyecto de María Olga Allemand y Pedro Binfa. Una exposición fotográfica en Alemania.
La fotografía y la montaña. A tí, querido Marcelo Dauros Inostroza, todo mi amor y mi quehacer.
Me considero afortunado por haberte conocido. Cuando recién balbuceaba en mi vida de fotógrafo, sentí tu confianza y tu respaldo. Cuando emprendimos el proyecto Revisión (con Ricardo Andrade y Nelson Cáceres), la serenidad y consecuencia. Tu entusiasmo cuando comentabamos "este viaje" y te pedía reafirmar mi decisión de salir del país, en busca de otras estaciones y otros espacios.
Tu abrazo fraterno lo recuerdo en esta imagen. Detuviste la marcha para esta pausa.
Dedicado a mi amigo Marcelo, un HOMBRE que conocí en este viaje.