

Iquitos es una ciudad increible -rodeada de ríos- y vive a un ritmo frenético. Los motokar inundan sus calles desde las seia de la mañana y hace un calor de putamadre -27° C a las siete de la mañana. Las personas son amables y hospitalarias aunque a veces me parece que te miran como un dolar con patas. Las imágenes que comparto apenas alcanzan para ilustrar esta bella parte del planeta. Hay una enorme cantidad de barrios y formas de vida. Aca, la biodiversidad alcanza, creo yo, su máxima expresión.